La liberalidad del rey Balduino movió a muchos grandes a favorecer la nueva milicia, concediéndoles algunos bienes parte temporales y parte perpetuos. Los canónigos del Santo Sepulcro les cedieron con algunas condiciones un terreno contiguo al Palacio real, en donde edificaron iglesia y convento. El rey, más interesado que nadie en crear esta nueva Orden, envió a san Bernardo dos de aquellos caballeros, entregándoles una carta concebida en estos términos:
…«Balduino por la misericordia de Jesucristo rey de Jerusalén y príncipe de Antioquia, al venerable P. Bernardo abad de Claraval, salud y veneración. Como los hermanos del Temple, que el Señor se ha dignado suscitar, y que conserva por una providencia especial para la defensa de esta provincia, desean obtener de la Santa Sede la confirmación de su instituto y una regla de conducta particular. Nos hemos tomado la resolución de enviaros los dos caballeros Andrés y Gondemaro, no menos conocidos por sus empresas militares que por el esplendor de su linaje, para obtener del Papa la aprobación de su Orden, y al propio tiempo que disponga Su Santidad enviarnos socorros y subsidios contra los enemigos de la fe, reunidos con el fin de perdernos e invadir nuestros estados. Y por cuanto conocemos el peso de vuestra mediación tanto cerca de Dios у de su Vicario, lo mismo que cerca de los príncipes de Europa, hemos creído obrar con prudencia confiando á vos las dos cosas importantes, cuya realización no puede ser para Nos más agradable. Por lo demás, conviene que los estatutos que os pedimos sean de tal manera arreglados y compuestos, que con ellos se puedan conciliar el tumulto de las armas y los ejercicios militares, a fin de que sean de naturaleza para procurar el provecho de los príncipes cristianos» ...
…«Haced , pues, de suerte que Nos tengamos por vuestro medio, y durante vuestra vida , la dicha de ver el buen resultado de este asunto, y dirigid al cielo para Nos el incienso de vuestras oraciones» …
A consecuencia de esta carta, san Bernardo tomó tan á pecho este asunto, y negoció de tal manera cerca del Papa, de su legado y de los obispos de Francia, que logró la convocación de un Concilio en Troyes. Hugo de Payns y sus compañeros fueron invitados a dicho Concilio.
--
Ningún cruzado se atrevió a apropiarse el título de soldados de Cristo con más fundamento que los Templarios, pues, según el juicio del obispo Jacques de Vitry:
… «ellos eran leones en la guerra y corderos en el convento; religiosos graves y modestos en el coro , activos y laboriosos y llenos de fuego con las armas en la mano, terribles á los infieles y todo humanidad con los cristianos»…
No puede decirse que el obispo Jacques de Vitry tributara a los Templarios de los primeros tiempos, este elogio sino cien años después de su fundación, esto es en 1230.
No hay comentarios:
Publicar un comentario