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martes, 2 de octubre de 2018

No descendemos del mono, sino de L.U.C.A.

Erróneamente, y desde hace más de un siglo, se ha atribuido a Charles Darwin la idea de que el hombre desciende del mono. En su libro “Del Origen de las Especies”, el genial naturalista inglés establecía las bases de la teoría de la evolución basándose en pruebas empíricas, que demuestran que todas las especies de seres vivos son el resultado de un largo proceso de cambios genéticos que permiten la supervivencia o desaparición de una especie dependiendo de la idoneidad de sus características físicas para un entorno dado.



Es verdad que hace mención a la especie humana en el último capítulo, pero en ningún momento establece una relación biológica directa entre hombres y simios. Sin embargo, aquellos que querían destruir la teoría de la evolución, a no poder rebatirla con argumentos, se fueron a por la cabeza del autor, intentando burlarse de él y desprestigiarlo, sin éxito por cierto, para ver si así la gente se olvidaba de sus “peligrosos” argumentos.

El pobre Darwin

Una de las burlas más populares era una caricatura mostrando a Darwin con el cuerpo de un mono intentando asociar a Darwin con Darwin Monola idea de que el hombre no era más que un simio evolucionado, y no fue la única, pero la imagen se quedó grabada en el imaginario popular, y aún en el siglo XXI, aquellos no muy familiarizados con el tema siguen creyendo en el mito, más falso que un billete de tres Euros, de que el hombre desciende del mono.

Lo que sí es verdad, es que la teoría de la evolución implicaba que el ser humano, al ser una especie animal más, seguramente había sufrido un proceso de cambio a través de los tiempos, partiendo de un animal anterior, hasta llegar a su estado actual.

La evolución, más que probada

La evolución del hombre y de todas las demás especies de seres vivos es un hecho científicamente comprobado. La evidencia del registro fósil y los resultados de los estudios genéticos son tan apabullantes que me parece muy poco serio el intentar desecharla. En nuestro caso, ahora sabemos que el hombre no desciende del mono, pero sí que ambos descienden de un antepasado Primatescomún que existió hace aproximadamente 8-10 millones de años, un primate con el que hombres y monos comparten ciertas características.

También sabemos que ese antepasado común desciende de otros más antiguos en el tiempo, cuando los primeros primates se separaron de los mamíferos primitivos hace unos 85 millones de años, y que los mamíferos tuvieron su origen en los sinápsidos del Carbonífero superior, hace unos 320 millones de años, y así sucesivamente hasta llegar hasta lo que los paleo-biólogos han bautizado como L.U.C.A. Last Universal Common Ancestor, el Último Ancestro Común Universal, por sus siglas en castellano.

Qué era L.U.C.A.?

L.U.C.A., a saber, era un organismo unicelular que vivió aproximadamente hace 3.800 millones de años, con una pared circular y un serpentín de ADN o ARN que contenía el código genético basado en proteínas, no muy diferente de las L.U.C.A.bacterias modernas, y con todas las características que son comunes a todos los seres vivos sobre el planeta.

Seguramente L.U.C.A. no fue la primera célula, pero si aquella cuya descendencia sobrevivió y expandió primeramente en los océanos, antes de invadir la superficie. ¿Y cómo lo sabemos? Pues gracias a los estudios de secuencias moleculares de todos los organismos existentes actualmente, llevados a cabo principalmente por Douglas Theobald y Carl Woese y publicados en la revista Nature.

Ahora bien, entiendo que para la mayoría de los lectores esto suena un poco por encima de nuestra comprensión y, para el que se anime, os dejo un enlace en el que podréis encontrar más información. Complicado, lo sé, pero si consideramos que todos los seres vivos han evolucionado de uno anterior, tuvo que haber un origen primordial a todos ellos, y el mismo Darwin ya lo desvelaba en su famoso libro: “Por ello debo inferir de la analogía que todos los seres orgánicos que han vivido sobre esta Tierra descienden de alguna forma primordial, sobre la cual se insufló la vida por primera vez.”

Árbol fiolgenético

Desde que Darwin sentó las bases, los científicos han estudiado miles de especies vivas y extintas y han encontrado una serie de características comunes, que han servido para catalogarlas en lo que llamamos un “Árbol Filogenético”, en el que se aprecian todas las especies en el nivel anterior. Descendiendo en el tiempo, las especies se agrupan en la categoría Filo tree of elephantsde “género” con otras especies con las que comparten algunas de esas características.

Por ejemplo, el animal terrestre más grande en la actualidad, el elefante africano, de la especie Loxodonta africana, se agrupa en la familia Elephantidae, que comparte con el Elefante Asiático, Elefas maximus, y ambos a su vez entran en la Subclase Eutheria, que incluye a todos los animales con placenta. La Clase Mammalia, los mamíferos, agrupa a todos los animales que poseen glándulas mamarias en las hembras de todas las especies de la Clase, que segregan leche para alimentar a las crías durante los primeros meses de vida.

Si continuamos el viaje retrospectivo, encontraremos a todos los mamíferos en la Superclase de los tetrápodos, o sea, los animales con cuatro extremidades, donde ya comparten dominio con los reptiles, aves, etc.

Ejemplos

El Phylum Chordata hermana a todos los animales que presentan un cordón nervioso dorsal, ya sean mamíferos, aves, reptiles, peces y demás animales conocidos como vertebrados. Dichas características jamás han sido encontradas en miembros que no pertenezcan a uno de los grupos, por ejemplo, no existen serpientes o lagartijas con plumas, sólo las aves las tienen (heredadas de sus antepasados los dinosaurios), y sólo los mamíferos tienen pelo y glándulas mamarias.

Observando el árbol Filogenético, podemos ver cómo todas las especies descienden en algún momento de la historia de un antepasado común con el que compartían ciertas características. Esto hizo pensar a los expertos en que, eventualmente, encontrarían a último ancestro común universal, el origen del tronco común del árbol, y tanto la observación como las investigaciones moleculares lo han comprobado.

La herencia de L.U.C.A.

LUCA se dividió por mitosis, como todas las células, y su descendencia evolucionó lentamente hasta crear los primeros seres multicelulares gracias a las mutaciones aleatorias que se producen ocasionalmente en la transmisión del ADN. En algún momento de la historia, sus descendientes se separaron para formar los cinco reinos: plantas, animales, hongos, algas y bacterias, y cada uno de estos se dividió en subreinos, ramas, filos, clases, órdenes, familias y géneros hasta llenar el planeta de varios millones de especies de seres vivos.

Sé que puede resultar difícil para algunos aceptar que descendemos de una bacteria, de L.U.C.A., pero es lo que hay. El sentido común, la observación cuidadosa de las características compartidas y la ciencia así lo establecen

Fuente: cienciahistorica.com

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