noticias de actualidad, curiosidades, mitos, leyendas...

Últimas Noticias

Busque lo que necesite

sábado, 22 de abril de 2023

FALSOS MITOS SOBRE LOS TEMPLARIOS

1.- ¿Eran sacrílegos los templarios?

La herramienta principal que esgrimieron para atacar a la orden del Temple fue el sacrilegio. Ello motivó que estos soldados-monjes fueran detenidos y juzgados. 



Los enemigos del Temple fomentaron los rumores al respecto, que crecían debido al aura secretista que envolvía a la orden. Trascendió, merced a los espías introducidos por Felipe IV en la orden, que los novicios estaban obligados a escupir sobre la cruz y a renegar de Cristo al aceptar el ingreso en la orden.

Obviamente, los templarios procesados negaron tal hecho, pero es leyendo el trabajo de la ya mencionada Bárbara Frale “Los Templarios”, publicado por Alianza Editorial el año 2008 cuando apreciamos el hecho en su debido contexto: los templarios eran la élite de los soldados de Cristo, luego sólo los mejores, más abnegados, obedientes y sacrificados podían entrar en la orden. Por ello, tras todas las promesas rituales, se le decía al novicio: “¿Prometes […] que […] ayudarás a conquistar, con la fuerza y el poder que Dios te ha dado, la Tierra Santa de Jerusalén; y que aquello que los cristianos poseen ayudarás a mantenerlo y salvarlo dentro de lo que esté en tu mano?”.

Tras ello se le exigía, sobre la base de su voto de obediencia, algo imposible: que renegase de Cristo y escupiera sobre la cruz. Tal impropio comportamiento tiene su explicación: eso era lo que podría esperar al templario si caía en manos musulmanas, siendo decapitado si se negaba. No parece raro en tal caso que se les pidiese lo mismo que le exigiría el enemigo. Podemos imaginarnos el estado de shock en el que quedaría el novicio: debía obediencia a sus superiores a causa de su voto, pero por otra parte no podía traicionar la fe que había jurado defender hasta las últimas consecuencias… Muchos se negaban a hacerlo –a pesar de ser amenazados-, otros escupían poniendo especial cuidado en no acertar y otros se quedaban simplemente bloqueados. En función de la reacción, los superiores podían decidir si aceptaban o no su ingreso en la orden y en calidad de qué (en primera línea de combate, o en tareas de retaguardia). Tras esta ceremonia, eran enviados a confesarse con los hermanos capellanes de la orden, que los tranquilizaban sobre lo sucedido, a la par de darles la absolución.

Insisto: estas son las conclusiones que saca Barbara Frale en la obra antes citada, basada en su investigación sobre el “manuscrito de Chinon” mencionado en la introducción de este trabajo. 

En esta obra se aclara que esta “novatada” no tiene más de 100 años de antigüedad (hablamos del año 1308, y la orden fue fundada en el 1119, según el cronista Guillermo de Tiro) contando desde el momento en el que Clemente V le pidió explicaciones al Maestre. Si nos atenemos a la Regla Templaria –cuyos primeros estatutos datan aproximadamente del año 1118-, no aparece ninguna mención expresa al “ritual del escupitajo”, lo que confirma la teoría de Frale de que no se trataba más que de una prueba de valor o rito de paso realizado por templarios de segundo orden jerárquico.

Este es el primer tema de seis, sería interesante vuestras opiniones y consideraciones, nuevos aportes es más que una razón para acercanos a uno de los "FALSOS MITOS SOBRE LOS TEMPLARIOS".

¿Fue un mito falso o no?, quizás los autores del escrito se equvocaron y pasaron por alto algunos documentos de interés que demostraban lo contrario. Aquí puedes afirmar o no la veracidad del escrito.


2.- ¿Se dedicaban los templarios a la sodomía?

Esta fue una acusación harto conocida por todos, pero si bien la primera que hemos tratado –el sacrilegio- podía tener una cierta base, esta se fundamenta en términos más que dudosos. 

Según los testimonios en contra de la orden, el recién ingresado recibía un beso en la boca. A este respecto, no puedo más que mostrar mi perplejidad, pues tras examinar todos los artículos recogidos en “El código Templario”, de J.M. Upton-Ward –obra que recopila el retrais templario basándose en la copia más completa que existe de momento: el manuscrito de Curzon- relativos a la acogida en la orden, no aparece mención alguna a dicho ritual. 

Tras documentarme al respecto, resulta que el rito del “ósculo” era típico de la clase caballeresca dentro de la ceremonia de vasallaje (“La Caballería”, de Maurice Keen. Ed. Ariel, año 2008), así como símbolo de fraternidad entre órdenes monásticas.

Según los acusadores y detractores de la orden, este beso era seguido por otro en el ombligo y uno más en las posaderas como muestra de total obediencia a los superiores. Tras este ritual, exhortaban al nuevo hermano a abstenerse de mantener relaciones sexuales y, en caso de que le supusiera demasiada renuncia, aceptase relaciones homosexuales con sus hermanos (“El juicio de los Templarios”, Malcom Barber.Ed. Complutense. 1999). Tampoco he localizado nada al respecto en la completa regla templaria, pero sí en lo tocante al mantenimiento de relaciones homosexuales:

“Y estas son las penitencias que se les pueden imponer a los hermanos que las han merecido […]. La primera es ser expulsado de la casa para siempre. Además, puede y debe serle impuesta a cualquier hermano por nueve cosas […]. La cuarta es si un hermano se mancha con el sucio y hediondo pecado de la sodomía, el cual es tan sucio y hediondo y repugnante que no debería ser nombrado”.

Y ya no sólo se aplica a las relaciones homosexuales. Las heterosexuales se llevan también lo suyo:

“Creemos que es peligroso que un religioso tenga demasiadas ocasiones de contemplar el rostro de una mujer. Por esta razón, que ninguno de vosotros ose besar a una mujer, ya sea viuda, joven, madre, hermana, tía o cualquier otra; y de ahora en adelante los caballeros de Jesucristo deberían evitar a toda costa los abrazos de las mujeres, por los que los hombres han perecido en tantas ocasiones, para que así puedan permanecer eternamente ante el rostro de Dios con una conciencia pura y una vida segura”.

De lo que se desprende que un templario se cuidaría mucho de ser sorprendido en la práctica de tales actos so pena de ser expulsado de la orden.

De nuevo Barbara Frale sale al paso intentando ubicar este posible comportamiento en el marco histórico y social: indica en su obra que posiblemente estemos de nuevo en un “acto de ultraje iniciático” de los veteranos para poner a prueba la capacidad del novicio para integrarse en la orden. Pero, a diferencia del acto del esputo sobre la cruz, no había petición concreta de acto homosexual y todo quedaba en meras palabras, con lo que no era más que un acto de “broma cuartelera”, común en sociedades cerradas como las conventuales o militares aún en nuestros días. Realmente, al final, esta acusación pesó más bien poco en comparación con la de sacrilegio, que sustentó el ataque frontal contra los templarios.

Este es el segundo tema de seis, sería interesante vuestras opiniones y consideraciones, nuevos aportes es más que una razón para acercanos a uno de los "FALSOS MITOS SOBRE LOS TEMPLARIOS".

¿Fue un mito falso o no?, quizás los autores del escrito se equvocaron y pasaron por alto algunos documentos de interés que demostraban lo contrario. Aquí puedes afirmar o no la veracidad del escrito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario