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viernes, 1 de diciembre de 2023

La verdad sobre las actuales Ordenes de Templarios

En primer lugar, nos encontramos con grupos que tienen toda la apariencia de ser órdenes nobiliarias. En España, por ejemplo, se encuentra la Orden Soberana y Militar del Temple de Jerusalén (OSMTJ), fundada en los años 80.







Tiene todo un organigrama con maestres y priores, celebra actos de investidura y juramento… y hasta forma parte de la denominada Alianza Federativa Internacional Templaria. Según los expertos, se trata de una “orden ilegítima” que, por supuesto, no tiene nada que ver con la Orden del Temple original, disuelta en el siglo XIV.


Otro ejemplo semejante es el de la Soberana Orden Monástico Militar de los Caballeros Templarios Gran Priorato de Sicilia Federico II de Sicilia, cuyos miembros son conocidos como “Templarios Federicianos”. Lo mismo que en el caso anterior, han constituido una plataforma más allá de su país de origen (Italia), creando la Asamblea Internacional Templaria.


La lista completa sería interminable. Coinciden todos estos grupos en la organización de actos con la indumentaria propia de los caballeros templarios (o damas templarias, en los casos en los que se ha integrado a la mujer), en la reclamación que hacen de ser los verdaderos sucesores del Temple originario… y hasta en su insistencia, a veces, en ser reconocidos por el Vaticano, dirigiéndose a los Papas para solicitar su restauración (al final de este artículo veremos cuál es la respuesta permanente de la Santa Sede).


Otros grupos autodenominados templarios son más modestos en sus pretensiones y en su ámbito de acción. Fundados por personas aficionadas a lo medieval y a lo misterioso, en muchas ocasiones sirven para mezclar lo estético, las ínfulas de nobleza y una cierta actividad más allá de sus ceremonias, ya sea social (beneficencia), ya sea cultural. A veces incluso pueden tener motivaciones religiosas (católicas). Suelen ser grupos que no presentan mayores riesgos que la fantasía o, si la cosa deriva así, una espiritualidad sincretista de tipo New Age.


Masonería y grupos esotéricos


Conectando precisamente con esto último nos topamos con un tercer tipo de grupos seudo templarios que, con más o menos ambigüedad en su presentación pública, no son otra cosa que grupos esotéricos o directamente masónicos. La masonería ha querido hacerse, en gran medida, sucesora natural de la Orden del Temple, que habría custodiado y transmitido el saber oculto procedente del Templo de Salomón. Así que el relato caballeresco se convierte en una tradición legitimadora muy querida para “los hijos de la viuda” (hermanos masones). En el Rito de York se ve claramente que al grado 33, se lo corresponde honrando a la Orden del Temple, mas abajo honrando a la Orden del Malta etc. Esto no significa que un masón de grado 33 sea Templario, sino que en ese grado se honra la memoria de estos. Y casualmente esto configura la gran confusión que muchas veces logias masónicas, aprovechan para reivindicarse Templarios, cuando nada esta mas lejos de la verdad, configurando una manipulación en la usurpación de cargos, títulos y honores Templarios sin fundamento histórico alguno. Simplemente un Fraude Mason.


Un ejemplo de esta ambigüedad que busca la confusión es el de la “Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén. Estricta Observancia Templaria”, que utiliza de forma ilegítima el nombre de una orden de caballería reconocida por la Santa Sede (como veremos más adelante) y lo mezcla con el elemento templario.


 Con motivo del centenario de la muerte del último maestre del Temple, en el año 2014 representantes de este movimiento intentaron organizar Misas en algunas diócesis de España. Cuando las diócesis investigaron, descubrieron que se trataba de una orden iniciática, cuyo líder actual se refería a sus miembros como “los francmasones de la Estricta Observancia” y afirmaba sin tapujos que es “una Orden masónica y caballeresca a la vez”.


Y como este grupo, otros muchos se aferran a la terminología o simbología templaria para constituir movimientos esotéricos que se apartan totalmente de lo que fue la Orden del Temple y, sin lugar a dudas, de lo que es el cristianismo. El neotemplarismo, alentado por la masonería y diversas corrientes del ocultismo moderno y contemporáneo, no tiene nada que ver con los templarios medievales.


También hay que recordar que una de las sectas más conocidas a finales del siglo XX fue la Orden del Templo Solar, centro de la actualidad en la década de los 90 porque protagonizó dos episodios de suicidios colectivos, en Francia y en Suiza, además de otros sucesos.


Es sabido que en 1312 el papa Clemente V suprimió la Orden del Temple, en un episodio histórico controvertido que concluyó, finalmente, con la ejecución en la hoguera del último maestre de la Orden, Jacques de Molay, en 1314. En este momento terminó la historia «oficial» de los templarios.


Además, en la bula Vox in excelso (1312), el pontífice no sólo disolvió la organización de los monjes soldados, sino que dejó claro lo siguiente: “prohibimos enteramente Nos que nadie, en lo sucesivo, entre en la Orden o reciba o use su hábito o presuma de comportarse como un templario. Si alguien actuare en este sentido, incurre automáticamente en excomunión”.


El vacío que dejaron los templarios lo llenaron otras órdenes similares, que ejercieron algunas de sus funciones o que ocuparon sus lugares para seguir ejerciendo una labor defensiva, caritativa y eclesial. En las tierras hispanas, por ejemplo, en la Corona de Castilla cobraron protagonismo las órdenes –ya existentes anteriormente– de Calatrava, Santiago y Alcántara, y la Corona de Aragón creó la de Montesa tras la supresión del Temple.


En 2012, la Secretaría de Estado del Vaticano publicó un breve documento puntualizando algunas cosas sobre las “órdenes ecuestres” o de caballería en relación con la Iglesia Católica. Y no era la primera vez que tenía que hacer un comunicado sobre este tema, lo que nos da una idea de los problemas que se generan en torno a lo “caballeresco” y, concretamente, con muchos grupos que aseguran representar al Temple con un sentido eclesial.


«El Vaticano ni ningún Papa, puede disolver lo que no ha creado. Y la Orden del Temple, jamas fue creada por  Papa alguno, sino que esta, años después de su creación, se puso al servicio del Vaticano. Dos siglos después de este pacto y alianza, junto a la menarquia Francesa de entonces, el Papado la traiciona con el fin de hacerse simplemente con sus riquezas. Hoy en día configuraría judicialmente, simple y llanamente, una asociación ilícita para cometer homicidio en contra de los templarios y si queremos ir mas lejos, habría que juzgar hoy SIN DUDAS, a la supuesta SANTA inquisición, por delitos de lesa humanidad, pues cubrieron con dogmas religiosos, lo que realmente fue genocidio». 


En este documento se dice claramente que además de las órdenes propias, “la Santa Sede reconoce y tutela solamente a la Soberana Orden Militar de Malta […] y a la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, y no tiene intención de hacer innovaciones en este sentido”. Es decir, que fuera de las órdenes erigidas por la propia autoridad papal, sólo hay dos reconocidas oficialmente por la Iglesia a nivel universal: la Orden de Malta y la del Santo Sepulcro. Eso no quiere decir que la verdadera Orden del Temple no exista. Lo que dice que es que no están en el entorno del Vaticano y nada mas.



El Papa Francisco con la Orden de Malta


También es importante esa aclaración de que “no tiene intención de hacer innovaciones”, ya que algunos grupos aseguran estar en proceso de reconocimiento, en diálogo con la Santa Sede… pues nada de nada. Una cosa es conseguir la foto, vestidos con capa y espada, con un cardenal o con un obispo, y otra cosa es que haya un aval eclesiástico oficial. Pero como decía previamente, esta búsqueda de reconocimiento, viene de la mano de las órdenes neotemplarias que nada tienen que ver con la verdadera Orden del Temple, que como lo he dicho mil veces, es una Orden y hoy sociedad secreta que no busca ningún reconocimiento de quienes la persiguieron, asesinaron y mancharon el nombre y honor de sus miembros y santos/as (un ejemplo claro es el de Maria magdalena), a los largo de los siglos. La Orden del Temple existe, le pese a quien le pese, y no tiene nada que ver con el circo de internet.


Fuente: https://secretumtempli.wordpress.com/2019/11/02/la-verdad-sobre-las-ordenes-templarias-actuales/

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